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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿SALIR DE COPAS O LIGAR POR INTERNET?

Katty ha encontrado en la red a un tipo atractivo y con la cartera bien repleta...
    Katty Lloyd se alisó el pelo y se maquilló con esmero aquella tarde. No tenía ningún casting ni la esperaba caballero alguno, pero su primera cita en el ciberespacio merecía una especial atención. Decepcionada con su amante belga,  KATTY, SU AMANTE BELGA Y EL ABISMO cansada de la oscuridad de El Maligno y de sus últimas relaciones -con el sexo como protagonista exclusivo- tomó la decisión de inscribirse en una página web de busca parejas. Después de examinar minuciosamente varios sitios, optó por un portal de pago. Obsesionada con abandonar las salidas nocturnas, pensó que podía invertir en su nuevo experimento el dinero que hasta la fecha se gastaba en copas.
   Guardaba la esperanza de encontrar un hombre con el que emprender una relación duradera y fructífera, basada en los sentimientos y no solo en la atracción sexual. Motivo este por el que no dudó en aceptar la propuesta de un galán que la retaba a conectar la webcam y conversar por Skype antes de lanzarse a la primera cita real. El caballero no la decepcionó. Más bien al contrario: se enorgullecía por la suerte de conocer a un hombre que claramente le expresó su deseo de no mantener relaciones en la primera cita porque necesitaba conocer alma y sensibilidad de quién podría convertirse en su compañera de viaje. Se trataba, además, de un tipo atractivo y, presumiblemente, con la cartera bien repleta. Le dijo que se dedicaba a la intermediación financiera y que vivía en el mismo barrio que ella, el de Salamanca, uno de los más caros y exclusivos de la capital. Y para redondear el gozo de Katty, se ofreció a invitarla a cenar el fin de semana siguiente...
   A Wynie Smith, por su parte, le duró la resaca de Ése más de una semana. El mismo tiempo que mantuvo en su rostro las huellas de sus besos, cual escamas que picaban y dolían. EL ANSIA DEL AMOR PROHIBIDO Y ESQUIVO La terapia constante con crema de Aloe Vera y la compañía de su hijo aliviaron la rabia contenida durante el lento proceso de sanación. Dolor. Le dolía pensar en él y desearlo. Le dolía ser consciente de la incapacidad de resistirse a sus besos cuando lo viera la próxima vez. Le dolía pensar en que, lejos de enfadarse, se echaría a sus brazos en la primera ocasión que pudiera. Le dolía sentir el revuelo de las mariposas en su estómago cuando escuchaba el sonido de su teléfono móvil, aún sabiendo que él no la llamaría. Porque, ¿qué significaba ella para Ése? Lo tenía claro: alguien con quien desfogarse en medio de la rutina de un matrimonio sin sentido. O tal vez, con más sentido del que a Wynie le gustaría pensar.
    Y así, dolorido el semblante y enojado el corazón, recibió a una pletórica Katty Lloyd, que le habló ilusionada sobre sus expectativas con el caballero que acababa de encontrar en el espacio virtual. La recién llegada incitaba a su amiga a hacer lo mismo: cambiar las salidas nocturnas por los encuentros en la red. Wynie se negaba alegando que no le veía alicientes al hecho de ligar frente a la pantalla del ordenador, que el mundo virtual no se correspondía con el real y que no creía en ese tipo de relaciones. Y Katty, indignada, le hizo ver que Ése era su gran problema. Que quería salir solo para encontrárselo en El Maligno y que estaba cometiendo un tremendo error: “Ése es un cobarde, igual que El Belga y que todos los tipos casados que se echan a las calles para buscar lo que no tienen en casa. Unos egoístas -argumentaba rabiosa- que van picando de flor en flor sin tener en cuenta los sentimientos ajenos. Individuos incapaces de enfrentarse a la realidad de sus vidas, a la rutina diaria aparentando una felicidad falsa. Tipos -proseguía exasperada su discurso- que solo se atreven a cambiar su lamentable existencia cuando están seguros que que otra tonta los espera con la cama caliente, la comida hecha y las camisas planchadas. Entérate de una vez, Wynie. Ése no va a dejar a su mujer por ti porque tú ni siquiera eres la otra, puesto que no estás dispuesta a vivir con él”, espetó.
    -Por supuesto que no quiero vivir con él, Katty. Tampoco estoy enamorada, no soy tú ni Ése es El Belga. No suspiro por él, para que te enteres de una vez, expresó con retintín. Y me da exactamente igual que deje o no a su mujer, o lo que haga con su vida. No te niego que me encantaría pasar un fin de semana encamada con él, pero si no es posible, nos lo perdemos. Él también, que conste, afirmó convencida. Y respecto a lo de ir a El Maligno, si tú no quieres acompañarme, ya iré con Olivia o con Emi. O sola ¿por qué no? Está cerca de casa y conozco a la gente.
    -Sencillamente, porque nunca has querido entrar sola en un local nocturno. Te conozco y sé que no lo harás...
   -Para todo hay una primera vez, querida, le indicó sonriendo mientras llenaba su taza de café.
    -Pues eso te digo yo a ti. Abre el ordenador y busca un amante nuevo.
   -Prefiero hacerlo en la calle, ya te lo he dicho. En El Maligno o donde encarte. No estoy interesada en los ligues virtuales, que luego no son lo que parecían. Lo mio es ver y tocar. La historia de amor y la cartera me importan un comino. Con que me guste físicamente y sea bueno en la cama, me basta.
   Y vosotros, queridos lectores, que preferís, ¿ligar en la calle o intentarlo en la red? Espero vuestras comentarios a la pregunta.

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