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Un blog de relatos eróticos y cocina con solera. Los relatos narran las aventuras de cuatro mujeres divorciadas y sus conversaciones sobre sexo y hombres. Las recetas se elaboran siguiendo viejos cuadernos de cocina, escritos a principios del siglo XX


miércoles, 5 de diciembre de 2012

NOCHE DE LUNA LLENA, NOCHE DE AULLIDOS

     ...El destino estaba empeñado en que se amaran esa noche de luna llena...
    Esa tarde, Katty Lloyd tuvo que ir al domicilio de su ex marido para dejar a su hijo. De vuelta a casa, ya de noche, contempló admirada la gigantesca esfera iluminando con reflejos plateados la calle oscura que pisaba. “Noche de luna llena, noche de aullidos...”, pensaba. Y noche folladora, dedujo una voz tímida que salía de su interior. Notó su casa fría por la ausencia infantil -además de por las bajas temperaturas- y se estremeció. No quería meterse en la cama con su melancolía como compañera. Enfadada y maldiciendo su soledad, cogió un abrigo y salió a la calle dejando el eco de un estruendoso portazo. Caminó un par de manzanas y se paró en la puerta de un hotel de lujo. Ese tipo de establecimientos le llamaba la atención desde siempre. Le atraía pensar en la gente que ocupaba sus suites y en las vidas que llevarían.
     De repente sus ojos se toparon con los de una figura masculina que alzaba su mirada al cielo. Estaba sentado en el banco situado en la acera, justo frente a la puerta del hotel, y se incorporó en el momento en que ella pasaba. Rápidamente, Katty se dio cuenta de que no se trataba de ningún obrero de la construcción. El hombre que le tendía su mano a la vez que la obsequiaba con una galante inclinación de cabeza parecía lo que resultó ser: un hombre de negocios, broker, alto ejecutivo... En fin, algo relacionado con el mundo de las finanzas, con el racataca de verdad. Katty lo intuyó en la primera ojeada a su carísimo estilismo y se dejó llevar. Permitió que le estrechara la mano, sonrió a sus piropos y se sentó junto a él en el banco. Y así, casi pegados, rozándose tímidamente, transcurrió un buen rato en el que hablaron de la luna llena y sus efectos en el amor.
     Supo de él que se alojaba en el hotel, que era broker y que viajaba con frecuencia a Madrid por motivos de negocios. Que venía de una reunión y que, al bajarse del taxi, divisó la luna redonda y blanca -como tu piel, le dijo- y se sentó en el banco para admirarla. Entonces la vio a ella. Sintió su caminar pausado y garboso; su mirada verde atravesando los cristales y colándose en el interior de los salones del hotel; y esa sonrisa pícara que denotaba una mezcla de curiosidad y envidia. Le aseguró y le repitió que había tenido la suerte de pararse allí en el momento en que ella se acercaba porque el destino estaba empeñado en que se amaran esa noche de luna llena.
     Él solo supo de ella que vivía en el barrio y que había salido a dar un paseo antes de cenar. Y le pidió por favor que aceptara su invitación.
     -¿Ahora? ¿No es muy pronto?
    -No, aseguró tras consultar el reloj. Las ocho y media de la tarde. En la mayoría de los países europeos ya han cenado y están pensando en irse a dormir. ¿No tienes hambre?
    -No especialmente.
   -Seguro que ahora te entra. La carta del restaurante es excelente. Ya verás, insistió al tiempo que la tomaba del brazo, cruzaban la puerta de entrada y... Katty Lloyd sintió cómo el caballero la lucía por toda la recepción del hotel. Se notaba que era cliente habitual. Le presentó a varios empleados hasta llegar al restaurante y ella, por esos caprichos del destino, se vio como la novia o la pareja oficial del adinerado cliente y quiso pensar que sus anhelos estaban a punto de convertirse en hechos...
  Supongo que imagináis cómo seguiría este relato. Efectivamente, Katty aceptó la invitación del broker, disfrutó de una cena exquisita junto a un atento galán y el ambiente que respiró en las horas sucesivas la hizo sentirse como Julia Roberts en Pretty Woman. Lo que no sabéis es si la historia concluye o se desarrolla por derroteros similares a los de la película. Eso os lo contaré en el próximo post...                                                                       

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